La compresión de las heridas con un sistema de máscaras especiales, constituye la base del proceso de rehabilitación que realiza la Unidad de Terapia Ocupacional de este Instituto, a los pacientes operados de lesiones en el rostro.
La compresión de las heridas con un sistema de máscaras especiales, constituye la base del proceso de rehabilitación que realiza la Unidad de Terapia Ocupacional de este Instituto, a los pacientes operados de lesiones en el rostro. Los alumnos del V Curso de Actualización en Traumatología Máxilo Facial que se imparte en el establecimiento, conocieron en detalle los procedimientos aplicados en el Instituto Traumatológico para rehabilitar a estos pacientes, en una clase que dictó nuestra terapeuta ocupacional, Felicia Rauch. Respecto de los resultados, esta profesional asegura que son muy exitosos. “Llevo bastantes años trabajando en esto y han sido muy positivos, pero todo depende exclusivamente de la colaboración del paciente. Nosotros podemos hacer una estupenda máscara pero si el paciente no la usa, los resultados van a ser malos”. Rauch recalcó que este trabajo en equipo con los cirujanos máxilo faciales, tiene por objetivo que las cicatrices producto de las intervenciones quirúrgicas de rostro vayan disminuyendo en su grosor y, con el paso del tiempo, logren un color similar al resto de la piel hasta dejarlas prácticamente imperceptibles. Explicó que este trabajo se hace mediante máscaras compresivas. “Primero hacemos una evaluación, vemos si es factible hacer la compresión porque en realidad en la cara hay algunas zonas en que no se puede comprimir. Evaluamos la cicatriz, definimos que compresión vamos a hacer y recién empieza todo el sistema, con material termoplástico calentado en agua caliente, que es moldeado directamente en la cara del paciente. Se hacen las terminaciones y comienza el tratamiento que es bastante largo”. “La idea –agregó-, es provocar presión en las cicatrices de modo que con el tiempo -que dura entre 6 meses y un año-, éstas vayan desapareciendo. La duración es bastante relativa y dependerá mucho del tiempo que el paciente use la máscara. Lo ideal es durante 24 horas, que es bastante difícil de lograr. Pero hay un mínimo que son tres meses, de lo contrario se produce un efecto de rebote”. Advierte que sin este tratamiento las cicatrices quedan bastante notorias, sobre todo las queloides que son muy gruesas, muy levantadas. “Hay un plazo para poder comprimir, lo ideal es 24 horas pero eso es bastante difícil conseguir porque sabemos que la persona no lo va a usar ni en la calle ni durante su jornada de trabajo, entonces tratamos que lo haga el máximo de tiempo mientras esté en su casa. Si la máscara no le provoca problemas, ojala se use durante la noche con eso aumentamos la cantidad de horas”, agregó.
Felicia Rauch (al fondo), terapeuta ocupacional del Instituto Traumatológico, junto al Dr. Gustavo Gacitúa, explican proceso de compresión de heridas en trauma máxilo facial.
Exitosa terapia reparatoria de heridas faciales. Noticia ingresada con fecha 13 de Octubre del 2011.
La compresión de las heridas con un sistema de máscaras especiales, constituye la base del proceso de rehabilitación que realiza la Unidad de Terapia Ocupacional de este Instituto, a los pacientes operados de lesiones en el rostro.
La compresión de las heridas con un sistema de máscaras especiales, constituye la base del proceso de rehabilitación que realiza la Unidad de Terapia Ocupacional de este Instituto, a los pacientes operados de lesiones en el rostro. Los alumnos del V Curso de Actualización en Traumatología Máxilo Facial que se imparte en el establecimiento, conocieron en detalle los procedimientos aplicados en el Instituto Traumatológico para rehabilitar a estos pacientes, en una clase que dictó nuestra terapeuta ocupacional, Felicia Rauch. Respecto de los resultados, esta profesional asegura que son muy exitosos. “Llevo bastantes años trabajando en esto y han sido muy positivos, pero todo depende exclusivamente de la colaboración del paciente. Nosotros podemos hacer una estupenda máscara pero si el paciente no la usa, los resultados van a ser malos”. Rauch recalcó que este trabajo en equipo con los cirujanos máxilo faciales, tiene por objetivo que las cicatrices producto de las intervenciones quirúrgicas de rostro vayan disminuyendo en su grosor y, con el paso del tiempo, logren un color similar al resto de la piel hasta dejarlas prácticamente imperceptibles. Explicó que este trabajo se hace mediante máscaras compresivas. “Primero hacemos una evaluación, vemos si es factible hacer la compresión porque en realidad en la cara hay algunas zonas en que no se puede comprimir. Evaluamos la cicatriz, definimos que compresión vamos a hacer y recién empieza todo el sistema, con material termoplástico calentado en agua caliente, que es moldeado directamente en la cara del paciente. Se hacen las terminaciones y comienza el tratamiento que es bastante largo”. “La idea –agregó-, es provocar presión en las cicatrices de modo que con el tiempo -que dura entre 6 meses y un año-, éstas vayan desapareciendo. La duración es bastante relativa y dependerá mucho del tiempo que el paciente use la máscara. Lo ideal es durante 24 horas, que es bastante difícil de lograr. Pero hay un mínimo que son tres meses, de lo contrario se produce un efecto de rebote”. Advierte que sin este tratamiento las cicatrices quedan bastante notorias, sobre todo las queloides que son muy gruesas, muy levantadas. “Hay un plazo para poder comprimir, lo ideal es 24 horas pero eso es bastante difícil conseguir porque sabemos que la persona no lo va a usar ni en la calle ni durante su jornada de trabajo, entonces tratamos que lo haga el máximo de tiempo mientras esté en su casa. Si la máscara no le provoca problemas, ojala se use durante la noche con eso aumentamos la cantidad de horas”, agregó.
Felicia Rauch (al fondo), terapeuta ocupacional del Instituto Traumatológico, junto al Dr. Gustavo Gacitúa, explican proceso de compresión de heridas en trauma máxilo facial.
Fin de la noticia.
